viernes, 19 de agosto de 2011

El premio no siempre se lo lleva aquel que lo merece.


                                          Irena Sendler 1910-2008
Una abuelita alemana de 98 años llamada Irena Sendler murió hace dos años. Durante la Segunda Guerra Mundial, Irena trabajó en el Ghetto Warsaw como gasfiter y especialista de cañerías. Irena sacó a escondidas muchos niños judíos; a los bebés los llevaba dentro de su caja de herramientas y a los más grandes en sacos que transportaba en la parte de atrás de su camión. Ahí llevaba también un perro que había entrenado para que ladre cada vez que se acercaban soldados nazis. Ninguno de los soldados se atrevía a enfrentar al can. Además, sus ladridos los distraían del ruido de los pequeños. Irena logró salvar así a 2.500 niños. Cuando la descubrieron, le rompieron ambas piernas y brazos, dejándola brutalmente golpeada. Irena llevaba un registro de todos los niños que había logrado sacar a escondidas. Lo guardaba en un frasco de vidrio escondido debajo de un árbol en el patio de su casa. Cuando terminó la guerra, intentó contactar con los padres que podrían haber sobrevivido para reunirlos con su familia. La mayoría habían sido asesinados. Ayudó a los niños huérfanos a encontrar una familia adoptiva o un lugar donde vivir.
El 2008 Irena fue candidata al Premio Nobel de la Paz. No ganó.
Al Gore ganó… con una presentación en Power Point sobre el Calentamiento Global.
MORALEJA: El premio no siempre se lo lleva aquel que lo merece.

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